La escena comienza con una joven pareja italiana explorando sus cuerpos en el hospital. Tan pronto como entran en la habitación, las cosas se calientan rápidamente y queda claro que esta no es una boda común. La enfermera del hospital, Casalinga, ya está ocupada atendiendo las necesidades de sus pacientes, mientras que el hombre casado, Pompino, está más que feliz de unirse a la diversión. Las dos parejas se turnan para complacerse con sus lenguas y dedos, gimiendo de placer.